LA PRIMERA VEZ, INFIERNO O PARAÌSO
Renè Dàvila
MÈXICO.-El inicio de la vida sexual puede vivirse de manera satisfactoria y plena, aún en la adolescencia. Pero, los mitos, la falta de información, las presiones sociales y una educación temerosa de tocar temas sobre el ejercicio responsable de la sexualidad en los jóvenes, son en gran medida los culpables de que los adolescentes al iniciar su vida sexual estén en un alto riesgo de presentar un embarazo no planificado, que en más del 60% se convierte en no deseado, o bien que se expongan a contraer una infección de transmisión sexual (ITS), incluyendo el VIH-SIDA.
En nuestro país, la mayoría de los adolescentes tienen su primera relación sexual entre los 15 y 19 años. La “primera vez” siempre se vive como una mezcla de curiosidad, temor, emoción y altas expectativas, sin embargo existe una delgada línea que puede hacer de la primera experiencia sexual un infierno o un paraíso, señaló el doctor Samuel Santoyo Haro, Integrante de Celsam México y Latinoamérica..
No existe una edad establecida para tener la primera relación sexual, aunque sabemos que los adolescentes inician su vida sexual cada vez a edades más tempranas, inclusive entre los 13 y los 15 años de edad. Vivir esta experiencia de manera exitosa requiere madurez y responsabilidad, y sobre todo, estar completamente seguro de que “es el momento” y la persona indicada con quien se desea experimentar “la primera vez”.
El primer encuentro sexual de la o el adolescente puede ser crucial para su futuro. Significa lanzarse por un camino nuevo y desconocido en su vida amorosa. “Lo ideal es que la experiencia sea planeada, preparada e informada, sin embargo, no siempre ocurre así y lo que pudiera ser una momento de plenitud y felicidad se convierte en un instante de culpabilidad, dudas e incertidumbre”.
Llegar a la “primera vez” sin información adecuada sobre la sexualidad, ocasiona repercusiones graves, sobre todo si el adolescente “se lanza al ruedo” sin antes disipar dudas acerca de los métodos anticonceptivos que pueden usar para prevenir embarazos no planificados e ITS, incluyendo VIH-SIDA.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Juventud 2005, en nuestro país los adolescentes en promedio inician su vida sexual entre los 15 y 19 años, edades en las que la mayoría de las y los jóvenes no utilizan algún método anticonceptivo, lo cual se refleja en que 21 por ciento de los embarazos no planificados ocurren en mujeres menores de 20 años.
Cuando un embarazo sorprende a la pareja adolescente, las repercusiones personales, familiares y sociales representan una pesada carga difícil de afrontar. “Desafortunadamente, estas historias generalmente terminan en que ambos abandonan su educación de forma temporal o definitiva, se insertan al mercado laboral, son objeto de maltratos físicos o psicológicos y de rechazo en su medio familiar y social, lo cual se agrava en hogares con condiciones socioeconómicas desfavorable, factores que harán del o la adolescente una persona con menores oportunidades en la vida.
Las relaciones sexuales implican responsabilidad compartida. Y la clave para llegar a la plenitud en el primer encuentro sexual es la información, orientación y educación. La vida íntima involucra a dos personas, y como tal, la pareja debe platicar, informarse y acercarse a un profesional en salud para aclarar dudas y temores, así como para considerar el uso de métodos efectivos para la regulación de de la fertilidad y protección de ITS, Incluyendo VIH-SIDA.
Existe una relación entre el alto índice de embarazos no planificados y el bajo uso de métodos anticonceptivos en los jóvenes. Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, de las más de 17 millones de mujeres entre 15 y 49 años de edad que han tenido pareja alguna vez, sólo 30 por ciento utiliza algún método anticonceptivo.
Para el hombre, los condones son esenciales como método de protección contra ITS, en tanto que para la mujer, los anticonceptivos hormonales son los más efectivos en cuanto al control de embarazos no planificados. Si se usan ambos métodos la “Pareja Ideal” en la primera o subsecuentes relaciones sexuales, prácticamente ofrecen una gran garantía de máxima protección,
Es importante tener presente que para ser responsable del cuidad de la vida de un nuevo ser, primero es necesario ser responsable de uno mismo. Por ello, tanto el hombre como la mujer adolescente deben adoptar un método para la regulación de la fertilidad y así poder disfrutar con confianza de una sexualidad plena, satisfactoria y sobre todo, libre, responsable e informada que complemente su vida, desde la primera vez.
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