
René Dávila
MÉXICO.-Una delegación de México y Canadá, encabezada por los Secretarios de Salud de México, José Ángel Córdova Villalobos, y de Agricultura y Alimentos de Canadá, Gerry Ritz, se reunieron para hablar sobre las restricciones impuestas por el gobierno mexicano para la importación de carne bovina proveniente de ese país, debido a que en esa nación, en 2005, se detectó un caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB).
Durante la reunión en la “Sala Bernardo Sepúlveda” de la Secretaría de Salud, en la que estuvo presente el embajador de Canadá en nuestro país, Guillermo Rishchynsky, el Secretario de Salud de México resaltó la buena cooperación en la materia entre ambos países y la importancia de analizar este tema con su homólogo canadiense.
La Comisionada de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), Rocío Alatorre Eden Wynter, dio a conocer las medidas sanitarias que se exigen a la importación de derivados de carne de Canadá a México, a fin de proteger la salud de la población.
Lo anterior, debido a que en 2005 en Canadá se detectó un caso de encefalopatía espongiforme bovina, mejor conocida como enfermedad de las vacas locas, que no obstante que no causó daños a la salud humana en ese país, y desde entonces no se han registrado más casos, sí requirió implementar medidas restrictivas para la importación de ese producto a México, a fin de evitar que se pudiera presentar un caso.
Y es que la proteína anormal (PrP) llamada "prión" (proteinacious infectious particle), que causa esa enfermedad, aunque no se ha encontrado en músculo del animal, está presente en vísceras que tienen ganglios cerebrales, tallo o médula, que se consumen de manera común en nuestro país, por lo que se debe ser muy cauteloso respecto a la entrada de esos productos.
Aclaró que el gobierno canadiense solicitó la apertura del comercio de productos bovinos, por lo que se reúnen expertos de ambas naciones para analizar esa posibilidad.
La EEB es un padecimiento exclusivo de animales, que cuando se manifiesta, presentan incremento de nerviosismo o agresión, postura anormal, problemas de coordinación, dificultad para levantarse o caminar, disminución en la producción de leche, contracción nerviosa y muscular severa y pérdida de peso a pesar del apetito continuo.
Cuando el humano consume algunos productos con tejido cerebral de ganado infectado con encefalopatía espongiforme bovina, puede desarrollar la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un padecimiento progresivo del sistema nervioso central, que provoca la muerte. Se sospecha de su existencia si la persona tiene demencia de progresión rápida menor a dos años o deterioro cognoscitivo sin causa orgánica demostrable.
Al respecto, el Ministro de Agricultura y Alimentos de Canadá, Gerry Ritz, reconoció la preocupación de México por el riesgo que pueda representar el consumo de esos productos para su población, por lo que explicó que en esa nación se tienen estrictas medidas sanitarias e incluso, han ido más allá del cumplimiento de las normas, por lo que la seguridad de sus productos tiene reconocimiento internacional.
Enfatizó que cuentan con un sistema regulatorio sólido para proteger la salud humana y animal y eliminar a futuro cualquier incidencia de EEB que pueda existir en el hato canadiense, ya que la actual regulación prohíbe alimentar al ganado con proteínas de rumiantes, para proteger la salud animal y humana.
Finalmente, la Comisionada de Operación Sanitaria de la COFEPRIS, Mercedes Juan López, dijo que la Secretaría de Salud está en la mejor disposición de continuar las reuniones con los representantes de Canadá para analizar los puntos técnicos.
También estuvieron representantes de las Secretarías de Economía y de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México.
Cabe resaltar que México ha implementado diferentes medidas para evitar esta enfermedad, como la prohibición de importaciones de ganado, carne y subproductos de bovino de países que han presentado casos de EEB, además se emitió la norma NOM-061-ZOO-1999, Especificaciones zoosanitarias de los productos alimenticios para consumo animal, que contempla la prohibición de usar material de rumiantes para producir alimento que sirva para rumiantes, debido a que existe una teoría que liga el consumo de este tipo de alimento a la dispersión de la enfermedad.
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