
René Dávila
MÉXICO.- Desde el momento en que el paciente recibe la noticia sobre el diagnóstico de cáncer linfático, produce ansiedad tanto en el paciente como en sus seres queridos, después viene la experiencia en cada sesión de tratamiento debido a los efectos secundarios que éste produce. Estos trastornos pueden afectar negativamente la calidad de vida y dificultar su capacidad para desenvolverse bien en el orden social y emocional.
Más de 1 millón de personas en todo el mundo padece cáncer linfático, y los expertos coinciden en señalar que este tipo de cáncer no sólo produce complicaciones físicas, sino que impacta también la esfera psicológica, familiar y social del paciente. De ahí la importancia de recibir un tratamiento integral, que además del médico, se considere otras áreas clave como la nutrición, el apoyo psicológico e incluso apoyo a los familiares.
Cáncer linfático (Linfoma)
Afecta a los ganglios linfáticos y puede se presentarse en el cuello, las axilas o la ingle; aunque también puede afectar a otros órganos como el tubo digestivo, el bazo, el hígado, el pulmón, entre otros.
Los linfomas son más frecuentes en las personas de 15 a 35 y mayores de 70 años. Del 75% al 95% de las personas diagnosticadas con cáncer linfático en etapa temprana se curan. Alrededor de 360 mil nuevos casos de esta enfermedad se diagnostican cada año, es decir, casi mil al día.
Las reacciones del tratamiento pueden incluir náusea, vómito, caída del cabello, dolor de huesos, de músculos y cambios de humor; y su intensidad pueden variar considerablemente dependiendo del tratamiento y de cada individuo.
Las reacciones, son más marcadas durante los períodos de tratamiento intensivo y desaparecen, o vienen y van, durante la terapia de mantenimiento. El impacto se puede reducir si el paciente conoce qué le espera y qué hacer en cada situación.
Actualmente se cuenta con medicamentos que en combinación con la quimioterapia ayudan a que el paciente mejore considerablemente su calidad de vida, ya que como van dirigidos contra las células malignas, no afectan a las células sanas. Así se logra un mejor control de la enfermedad y se reducen los efectos secundarios que se sufren si sólo reciben quimioterapia.
Uno de los medicamentos que ha logrado efectos positivos en pacientes con cáncer linfático, conocido como linfoma no Hodking, tanto en su forma agresiva, como indolente, es Rituximab. Se trata de un anticuerpo que recluta las defensas naturales del organismo para atacar y eliminar las células afectadas; aquellas que están sanas, se regeneran después del tratamiento y recuperan sus niveles normales en varios meses. Es importante destacar que este tratamiento no daña al sistema inmunológico.
Además de los medicamentos biológicos, es importante que el paciente se mantenga informado y reciba atención en el aspecto físico/nutricional, psicológico y social, para que pueda mejorar su calidad de vida.
En el caso del cáncer linfático, una atención integral cobra relevancia. La reaparición de la enfermedad puede causar depresión, que es una tristeza persistente que interfiere en las actividades habituales de una persona y afecta la capacidad para cumplir sus funciones.
Rituximab: Es un anticuerpo monoclonal, producido por una célula híbrida producto de la fusión de un clon de linfocitos B descendiente de una sola y única célula madre y una célula plasmática tumoral, que se combina con una proteína específica - el antígeno CD20 - que se encuentra en la superficie de células B normales y malignas.
Rituximab recluta las defensas naturales del organismo para atacar y eliminar las células B afectadas; aquellas que están sanas, se regeneran después del tratamiento y recuperan sus niveles normales en varios meses.
Recientemente fue aprobado para tratamiento de mantenimiento de los linfomas indolentes: el procedimiento consiste en que una vez alcanzada la remisión, se administra una dosis de rituximab cada tres meses por un período de dos años.
Actualmente se cuenta con medicamentos que en combinación con la quimioterapia ayudan a que el paciente mejore considerablemente su calidad de vida, ya que como van dirigidos contra las células malignas, no afectan a las células sanas. Así se logra un mejor control de la enfermedad y se reducen los efectos secundarios que se sufren si sólo reciben quimioterapia.
Uno de los medicamentos que ha logrado efectos positivos en pacientes con cáncer linfático, conocido como linfoma no Hodking, tanto en su forma agresiva, como indolente, es Rituximab. Se trata de un anticuerpo que recluta las defensas naturales del organismo para atacar y eliminar las células afectadas; aquellas que están sanas, se regeneran después del tratamiento y recuperan sus niveles normales en varios meses. Es importante destacar que este tratamiento no daña al sistema inmunológico.
Además de los medicamentos biológicos, es importante que el paciente se mantenga informado y reciba atención en el aspecto físico/nutricional, psicológico y social, para que pueda mejorar su calidad de vida.
En el caso del cáncer linfático, una atención integral cobra relevancia. La reaparición de la enfermedad puede causar depresión, que es una tristeza persistente que interfiere en las actividades habituales de una persona y afecta la capacidad para cumplir sus funciones.
Rituximab: Es un anticuerpo monoclonal, producido por una célula híbrida producto de la fusión de un clon de linfocitos B descendiente de una sola y única célula madre y una célula plasmática tumoral, que se combina con una proteína específica - el antígeno CD20 - que se encuentra en la superficie de células B normales y malignas.
Rituximab recluta las defensas naturales del organismo para atacar y eliminar las células B afectadas; aquellas que están sanas, se regeneran después del tratamiento y recuperan sus niveles normales en varios meses.
Recientemente fue aprobado para tratamiento de mantenimiento de los linfomas indolentes: el procedimiento consiste en que una vez alcanzada la remisión, se administra una dosis de rituximab cada tres meses por un período de dos años.
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