EXITOSO PROGRAMA DE TRASPLANTE DE HÍGADO DEL IMSS
René Dávila
MÉXICO.-El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desarrolla con éxito Programa de Trasplante de Hígado, ante la necesidad de reemplazar este órgano vital en derechohabientes afectados por cirrosis biliar, hepatitis “C” y cirrosis por alcohol, que llevan a etapa terminal las funciones del hígado y provocan la muerte.
Las enfermedades del hígado ocupan la cuarta causa de mortalidad en México. Actualmente hay 38 pacientes en espera registrados tan sólo en el Protocolo de Trasplante Hepático en el Hospital General del Centro Médico Nacional “La Raza”, donde se realizan 10 de los 100 trasplantes que se practican a nivel nacional al año.
“Estos trasplantes son exitosos en más del 60 por ciento de los casos”, afirmó el doctor Mariano Hernández Domínguez, encargado del Trasplante Hepático de Adultos, en dicho nosocomio.
Cada vez hay más donación, con lo que se van a poder hacer más procedimientos, con una esperanza de vida similar a la de los grandes centros hospitalarios a nivel internacional, que es de 85 por ciento, en pacientes trasplantados de primera vez, a un año de la intervención.
El 80 por ciento de los 38 enfermos en lista de espera, es decir 30, padecen hepatitis crónica “C”, la cual se complicó hasta llegar a cirrosis, por lo que necesitan reemplazar el hígado.
La infección por hepatitis “C” y cirrosis por alcohol, son las causas principales de trasplante hepático en México y el mundo, seguidas por alteraciones inmunológicas como cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante, inflamación de los conductos biliares del hígado sin causa específica.
Otros pacientes que requieren ser trasplantados, son quienes desarrollaron cirrosis por consumo excesivo de alcohol, con diversas fases de daño al hígado, empiezan con hígado graso y terminan con fibrosis y cirrosis hepática.
En población pediátrica, son bebés que nacen con afecciones congénitas, atresia de vías biliares, cuando no se desarrolla el tubo que drena la bilis al intestino y causa cirrosis secundaria.
En el IMSS, los pacientes con daño hepático se detectan en la consulta general, mediante análisis de laboratorio o exploración física y son enviados a la especialidad, donde el médico tratante hace un diagnóstico por biopsia, ultrasonido, tomografía y una prueba de función hepática avanzada. Una vez confirmado el padecimiento, dijo el especialista, se evalúan las condiciones generales del organismo, corazón, riñones, etc., que la persona tenga un nivel de salud aceptable para enviarla al Protocolo de Trasplante Hepático.
De esta manera 80 profesionales de la salud, cirujanos, médicos residentes, intensivistas, anestesiólogos, químicos, radiólogos y enfermeras especializadas entre otros, intervienen en el trasplante hepático, el procedimiento más difícil de realizar a nivel técnico en el quirófano. Concluido el trasplante, el paciente recibe medicamentos que evitan el rechazo del nuevo órgano, 2 ó 3 supresores que se indican con una dieta especial, porque en ocasiones provocan descontrol en el nivel de glucosa o aumento de peso. La revisión médica del trasplantado es cada dos semanas los tres primeros meses y, en determinados casos, semanal. Posteriormente es mensual hasta que llegan al año, donde el 90% de los casos llevan buen desarrollo y, de ahí, trimestralmente.
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