(CARDIOLOGÍA)LA MAYORÍA DE PAROS CARDIORRESPIRATORIOS, EN MENORES DE 1 AÑO


LA MAYORÍA DE PAROS CARDIORRESPIRATORIOS, EN MENORES DE 1 AÑO
René Dávila
MÉXICO.-La mayoría de los paros cardiorrespiratorios ocurren en niños menores de un año con enfermedades respiratorias graves (bronconeumonías, bronquitis, laringitis obstructiva, etc.), síndrome de muerte súbita y accidentes de la infancia (asfixia por inmersión, traumatismo craneoencefálico, sofocación por cuerpo extraño, entre otros).
También es muy alta la posibilidad de que un niño accidentado presente un paro respiratorio o cardiorrespiratorio, lo que implica no sólo la detención total de los movimientos respiratorios y latido cardíaco, sino también condiciones de movimientos respiratorios y cardíacos que por su baja frecuencia o deficiente calidad, no sean los suficientes para mantener la vida por mucho tiempo.
Así, una respiración débil y entrecortada, y un pulso de baja frecuencia, se definen y tratan como un paro cardiorrespiratorio (PCR) que, en niños, es más frecuente, ocasionado por la falta de oxígeno en la sangre, a diferencia del adulto, en quien las arritmias cardíacas son la causa habitual.
El doctor Guillermo Domínguez Cherit, director del Centro de Desarrollo de Destrezas Médicas (CEDDEM) del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, durante su intervención en el curso Reanimación Cardiopulmonar Básica, que patrocinó AstraZeneca, destacó la importancia de evitar la falta de oxígeno en situaciones como las arriba señaladas y transportar de inmediato al niño afectado al hospital más cercano.
Pero, si el paro cardiorrespiratorio se produce, la persona a cargo del niño debe estar capacitada para realizar las maniobras básicas de reanimación, mientras personal experto se presenta y traslada al niño para su atención.
Cabe señalar que las instalaciones del CEDDEM representan el Programa Académico-Práctico conjunto entre el “Salvador Zubirán”, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, con el soporte financiero de Laboratorios AstraZeneca.
El CEDDEM fomenta el desarrollo de las destrezas médicas en situaciones de urgencia y terapia intensiva, mediante la práctica constante ante sucesos frecuentes e inesperados, que propician la mejora de la actuación médica y el beneficio para la salud de los pacientes.
Además, incorpora nuevas tecnologías en la práctica médica que facilitan el adiestramiento en diferentes modelos de atención. Tal es el caso de los simuladores médicos, que se componen de equipo computarizado, cámaras de video y maniquíes, que representan a pacientes virtuales, lo que permite recrear una crisis médica y responder a las prácticas que realicen los médicos sobre ellos, de manera semejante a las situaciones reales que se presentan en quirófanos y en terapia intensiva como: Endoscopía: Pulmonar, Gastrointestinal y Urología.
Informes: doctor Guillermo Domínguez/doctora Delia Borunda, tel: (0155) 55139745. Email: ceddem@innsz.mx
La misión del CEDDEM es capacitar y actualizar continuamente a todos los involucrados en situaciones que impliquen cualquier tipo de atención médica, a fin de que ésta sea del más alto nivel y con un estricto control de calidad. Busca alcanzar la excelencia en la asistencia médica a nivel nacional.
Mediante la capacitación continua, impulsa el desarrollo de destrezas médicas en escenarios habituales y no habituales, que se presentan en las salas de urgencias y de terapia intensiva, para contribuir a la mejora de la práctica y la atención médica a todos los niveles.
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA
Estas medidas no requieren conocimientos profundos ni instrumental médico, sino sencillos procedimientos y la decisión de llevarlos a cabo. Cualquier persona puede aprender esta técnica, muchas veces salvadora, en las emergencias antes señaladas.
La reanimación básica comienza con el diagnóstico de paro cardiorrespiratorio, para ello se debe:
1.-comprobar la pérdida de conciencia (falta de respuesta a los estímulos, flacidez)
2.-Detectar la ausencia de movimientos respiratorios, mirando el tórax y la ausencia de flujo de aire a través de la boca o nariz del niño, colocando la oreja del examinador sobre ellas, para oír el ruido y sentir la sensación del aire en el pabellón auricular.
3.-Determinar la ausencia de latido cardiaco o pulso arterial. Esto se hace palpando la arteria del brazo del niño menor de 2 años; se palpa la parte interna del brazo, sobre el codo, en el hueco que forma el músculo (bíceps) con el hueso (húmero).
En el niño mayor y adulto, el pulso se busca en la arteria carótida del cuello; se palpa, con los dedos índice y medio, el punto más prominente del cuello, que es la laringe (manzana de Adán), se deslizan ambos dedos hacia abajo (paciente acostado) en el hundimiento que sigue a la “nuez”; allí se encuentra el latido de la arteria carótida.
De acuerdo con el doctor Carlos Antonio Rodríguez Osorio, una vez comprobado el paro cardiorrespiratorio, se debe proceder, en caso de que no exista el VOS (V=veo)(O=oigo)(S=siento el aire) como se señala en el número 2, a Iniciar la reanimación con la respiración boca a boca, con una o dos expiraciones, gritar pidiendo ayuda y/o que llamen al número telefónico de emergencias, sin abandonar al paciente. Reanimar por un minuto.
Son las medidas elementales para mantener la vida mientras se transporta al niño a un servicio médico que cuente con personal y equipo apropiado para la reanimación avanzada o definitiva.
Una idea de la importancia de la reanimación cardiopulmonar básica, la ilustra el ejemplo entre dos niños que sufren asfixia por inmersión en iguales condiciones de edad, tiempo de inmersión, trayecto al servicio de urgencias, etc. El que no recibe reanimación cardiopulmonar al lado de la piscina, si se salva, quedará con daño cerebral importante, y el que sí la recibe, probablemente se salvará con su cerebro intacto.
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