VIVIR BIEN CON PARKINSON
René Dávila
MÉXICO.-El tratamiento de la Enfermedad de Parkinson (EP) es complejo y requiere de un estrecho seguimiento por parte del médico, principalmente del Neurólogo, quien es el especialista en tratar este tipo de enfermedad. Adicional a los medicamentos, la rehabilitación física, orientación social y psicológica son necesarias para que el paciente pueda vivir con la mejor calidad posible.
Los medicamentos como Azilect para la EP, al igual que todos los medicamentos pueden producir efectos secundarios problemáticos. En los tratamiento para el Parkinson pueden usarse sólo (monoterapias) o en combinación con otros medicamentos (terapia complementaria), y los buenos consejos para una mejor calidad de vida en éstos pacientes son: comer bien, ejercicio, tiempo para descansar, y por supuesto, apoyo, cariño y comprensión de familiares y amigos.
Debido a la variedad de síntomas y al amplio diagnóstico diferencial, la EP puede ser difícil de diagnosticar, de hecho, se dice que por lo menos un tercio de los pacientes con Parkinson reciben un diagnóstico inicial incorrecto; asimismo, un tercio de los pacientes experimentan un retraso de 3 años entre la aparición de los síntomas iniciales y el diagnóstico.
La EP a la que a veces se le llama parkinsonismo primario o enfermedad de Parkinson idiopática, corresponde al parkinsonismo para el cuál no hay causa determinada y representa aproximadamente el 75 por ciento de los casos de parkinsonismo. Se pueden clasificar otros tipos de parkinsonismo dependiendo de si se conoce o se sospecha la causa; por ejemplo, exposición a drogas, una lesión en la cabeza/cerebro (parkinsonismo secundario) o si el trastorno ocurre como parte de otro trastorno neurológico primaria.
En conferencia de medios, los especialistas Ulises Rodríguez, ex jefe de la Unidad de Movimientos Involuntarios del Instituto Nacional de Neurología, y Lilia Núñez, jefa de la Unidad de Neurología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, recordaron que la EP es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central que con frecuencia afecta las habilidades motrices y de lenguaje.
La EP pertenece a un grupo de afecciones llamadas trastornos motrices. Se caracteriza por rigidez muscular, temblores, lentitud de movimientos corporales (bradiquinesia) y, en casos extremos, la pérdida de movimiento (aquinesia). Es un padecimiento crónico y progresivo, y es el trastorno neurodegenerativo más común, después de la enfermedad de Alzheimer.
La depresión es una de las características principales de le enfermedad, y puede proceder a las manifestaciones motrices del Parkinson. Los pacientes tienen un periodo inicial de respuesta positiva (conocido como el periodo luna de miel) al medicamento tradicional contra la enfermedad de Parkinson, Levodopa (L-dopa), que dura aproximadamente de 2 a 5 años.
Después de esta respuesta inicial, las complicaciones motrices (disquinesia y fluctuaciones motrices) aparecen en el 50 o 90 por ciento de los pacientes, pasados de 5 a 10 años del tratamiento con L-dopa.
Para retrasar el uso de L-dopa y sus efectos colaterales, cada vez se recurre más a nuevos medicamentos con mejores perfiles de seguridad, como Azilect, al inicio del tratamiento contra el Parkinson.
1 de cada 20 personas diagnosticadas con EP tienen menos de 40 años de edad. La edad promedio de aparición de la enfermedad oscila entre los 55 y 60 años, y el riesgo de desarrollar Parkinson se incrementa significativamente con la edad. Se calcula que la prevalencia (el número total de casos en una población determinada en algún momento determinado) es de entre 740 y 920 por cada 100 mil personas a nivel mundial. Y, la tasa de incidencia (el número de los nuevos casos que se presentan en un contexto específico) es de aproximadamente 10 casos nuevos por cada 100 mil personas mayores de 50 años de edad, lo cuál se eleva a 200 por cada 100 mil personas de 80 años.
La EP tiene un avance lento. Ocurre una pérdida del 50-60 por ciento de las neuronas dopaminergicas o una reducción en la concentración de dopamina de aproximadamente el 80 por ciento antes de que se observen los síntomas clínicos: rigidez muscular, temblores, lentitud motriz (bradiquinesia) y, en casos extremos, pérdida de movimiento corporal (aquinesia).
El temblor parkinsoniano se acentúa cuando se está en reposo. Con frecuencia es unilateral, afecta aproximadamente al 70 por ciento de los pacientes y es la primera característica en la mayoría de los casos. Hasta el 25 por ciento de los pacientes no experimentan temblor alguno o bien, sólo un temblor muy ligero. Es muy frecuente que las fluctuaciones motrices se hagan presentes antes en aquellos pacientes que padecen síntomas a edades más tempranas. Más del 50 por ciento de los pacientes desarrollan disquinesias después de 5 años de llevar una terapia estándar.
Se ha demostrado que Azilect es seguro y bien tolerado cuando se emplea tanto para monoterapias como para terapias combinadas en pacientes con EP de todas las edades, y el tratamiento a largo plazo es eficaz, seguro y bien tolerado en estos pacientes.
Su administración oral, con dosis simple de una tableta al día, a cualquier hora, acompañada o no por alimentos, no requiere ajuste de dosis, cuando se emplea como monoterapia ni como terapia coadyuvante con otros medicamentos.
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