René Dávila

MÉXICO.-Al asegurar que del total del agua potable que llega a la Zona Metropolitana del Valle de México, el 30 por ciento se desperdicia por fugas en la red de tuberías, el catedrático e investigador del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), Raúl Vera Alejandre, consideró que se requieren fortalecer las normas oficiales y medidas preventivas para racionalizar el uso del vital líquido, porque de lo contrario los problemas de escasez se agudizarán principalmente en las urbes.
El Subdirector de Gestión Ambiental del CIIEMAD indicó que en los últimos años el crecimiento urbano ha contribuido al desperdicio del agua. Y, para evitar que crezca ese mal uso, es indispensable hacer más estrictas las normas de construcción de vivienda nueva, en el sentido de que se incorporen dispositivos ahorradores de agua (llaves de menor presión, regaderas pulverizadoras, instalación del calentador de agua cerca de la ducha). Cuando se trate de unidades habitacionales grandes, construir pozos de infiltración, a fin de que el agua de lluvia se capture en esas estructuras y se evite su paso directo al drenaje.
Las autoridades correspondientes deben hacer obligatorio el tratamiento de aguas residuales en la industria, a fin de reciclar el líquido y como parte del Programa de Uso Eficiente y Racional del Agua, a nivel federal se incorpore el uso de sistemas electrónicos en las oficinas públicas, para que únicamente se gaste el agua indispensable.
La ciudadanía también juega un papel muy importante en el mejoramiento del servicio, toda vez que puede realizar acciones concretas para disminuir su consumo e incrementar la distribución del agua a la población que actualmente sufre por la escasez del líquido. Se debe promover en las casas-habitación el cambio paulatino de llaves de agua y regaderas por dispositivos con menor presión o que pulvericen el líquido, así como calibrar las llaves de paso para controlar el consumo. El ahorro del agua requiere voluntad, porque se necesita realizar un esfuerzo constante para obtener resultados significativos; medidas sencillas como mantener cerrada la llave de la regadera mientras nos enjabonamos, reciclar el agua del enjuague de la lavadora y lavar el automóvil con una cubeta de agua en sustitución de la manguera, son acciones que requieren de fuerza de voluntad.
El Politécnico contribuye al ahorro del agua mediante la promoción de grandes y pequeñas acciones. A través del Programa Ambiental que opera en los distintos planteles educativos, se llevan a cabo pláticas y se brinda información al respecto, a fin de que repliquen el conocimiento con su familia y en su comunidad.
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