René Dávila
MÉXICO.-La relación más importante entre una buena alimentación y la artritis reumatoide (AR) radica en el peso. Tener sobrepeso provoca que las articulaciones (p
rincipalmente caderas, rodillas, tobillos y pies) tengan una carga adicional y sufran un daño mayor. La alimentación no es la clave de la cura, aunque si una parte fundamental que proporciona el soporte adecuado para que las terapias sean más efectivas y el paciente tenga una mejor calidad de vida.El sobrepeso, expone las articulaciones a un esfuerzo superior. Por lo tanto, mantenerse en forma y mejorar los hábitos alimenticios puede resultar en una mejoría de los síntomas de la enfermedad, como presentar un menor grado de inflamación y desgaste de las articulaciones.
Una dieta balanceada y variada, rica en vitaminas, minerales antioxidantes y otros nutrimentos ayuda a mantener el peso dentro de los rangos recomendados, reduciendo el impacto de la AR en las articulaciones.
La artritis reumatoide es un padecimiento crónico y sistémico, que afecta principalmente a las articulaciones, pero que también puede afectar otros órganos como el corazón, los pulmones, los ojos o la piel.
En México, aproximadamente 1 millón y medio de personas sufren artritis reumatoide, enfermedad autoinmune en la que el propio paciente genera anticuerpos que atacan la capa que recubre las articulaciones.
La dieta no es causa de la aparición de la artritis reumatoide; diversos factores están relacionados con este padecimiento, uno de ellos es la alimentación, que resulta clave para mejorar la condición y el desempeño de la enfermedad.
Estudios recientes han dado a conocer que los ácidos grasos poliinsaturados, ayudan a mejorar la condición de la AR. Estos, pueden obtenerse principalmente del pescado de agua fría, como el atún, sardina, salmón, bacalao y la caballa; así como de vegetales de hoja verde como las espinacas, las verdolagas o las aceitunas; y de semillas como la soya o la nuez.
Una fórmula correcta: buena alimentación + adecuado tratamiento
No sólo la alimentación permitirá un control adecuado del padecimiento, pero sí ayudará, si aparte de de esto se da seguimiento a un tratamiento adecuado.
Debido a la falta de eficacia, problemas de seguridad y apego, en por lo menos 30% de los pacientes con artritis reumatoide, el tratamiento no es el adecuado y no resulta efectivo. Una opción segura, que ha demostrado resultados positivos en pacientes que no responden a la terapia con otros fármacos antirreumáticos como los inhibidores del factor de necrosis tumoral anti-TNFs (sustancia química que interviene en el proceso inflamatorio y de destrucción articular) es rituximab, única terapia selectiva de células B para el tratamiento de pacientes con AR.
Nuevos datos del estudio REFLEX, han demostrado que rituximab impide la progresión del daño articular causado por la AR, y al mismo tiempo ofrece el control de los síntomas y mejoras duraderas, tras sólo dos inyecciones por curso de tratamiento, lo que representa un mínimo impacto de la vida del paciente.
Rituximab, también es eficaz como tratamiento de primera línea, detiene la progresión de la enfermedad y alcanza la remisión. En particular, muestra resultados impresionantes en la reducción de las articulaciones hinchadas y sensibles, reduciendo la fatiga y mejorando la calidad de vida de los pacientes, con un perfil de seguridad superior al de otros tratamientos.
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