AUTOEXPLORACIÓN NO ES SUFICIENTE PARA LA DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER DE MAMARené Dávila
MÉXICO.-La idea de que la autoexploración mamaria es el mecanismo ideal para la identificación del cáncer de mama es un error, ya que puede contribuir a reducir las expectativas de vida en las mujeres diagnosticadas con esta enfermedad. Por ello, es fundamental promover en la población femenina la aplicación de una mastografía anual a partir de los 40 años de edad, afirmó el doctor Javier Sáenz Chapa, médico oncólogo.
Se ha demostrado que el método tradicional de autoexploración mamaria es poco efectivo para la identificación precoz del cáncer, puesto que cuando una mujer detecta alguna masa en la glándula mamaría ya han transcurrido entre 2 y 5 años en la aparición de una lesión maligna, lo cual afecta sensiblemente las posibilidades de recuperación de la salud. Incluso, se pone en riesgo la vida de la paciente.
Caracterizado por la presencia de un tumor maligno (células cancerosas) en los tejidos de la mama, el cáncer de seno en su etapa temprana no causa síntoma alguno, pero conforme el tumor crece puede provocar cambios en la glándula mamaria, tales como la presencia de una masa o engrosamiento en el seno, cambio en su tamaño o forma, pliegues u hoyuelos, pezón sumido, hipersensible o con secreción, así como modificaciones en la piel del seno, la areola o el pezón (hinchado, rojo o escamoso).
Datos del Instituto Nacional de Cancerología indican que diariamente fallecen 11 mexicanas por cáncer de mama; es decir, 15 mil por año. Incluso, de seguir con ese comportamiento, la tasa de morbi-mortalidad se duplicará para el año 2025.
En tanto, datos de la Secretaría de Salud informan que solamente entre el 5% y 10% de los diagnósticos de cáncer de mama se realizan en estadios tempranos, lo cual revela que un 90% de los casos se detecta cuando el cáncer se encuentra muy avanzado, incrementado el riesgo de morbi-mortalidad.
El cáncer de mama no aparece a causa de un golpe o por tocarse los senos, sino por factores de riesgo definidos como: ser mayor de 40 años, tener antecedentes familiares directos de cáncer, uso prolongado de anticonceptivos orales, menarca temprana (primera menstruación antes de los 12 años), utilizar terapias de reemplazo hormonal en la menopausia, ausencia de embarazos o haber concebido al primer hijo después de los 30 años de edad.
La falta de conciencia sobre los mecanismo de detección temprana de este mal, aunado al desconocimiento sobre los factores de riesgo, son resultado de que el cáncer de mamá ocupe el primer lugar como motivo de muerte en la población femenina, con una incidencia de 60 casos por cada 100 mil habitantes.
Todas las mujeres, después de los 40 años, deben practicarse anualmente una mastografía (radiografía que revela la estructura interna de las glándulas mamarias), la cual permite detectar lesiones cancerosas en etapas precoces de su desarrollo, lo cual significa hasta 5 años antes de poder ser identificado a través de la autoexploración.
La detección precoz de cáncer de mamá permite brindar un tratamiento oportuno en etapas de desarrollo insipiente de la enfermedad, los que incrementa la posibilidad de cura hasta en 90% de los casos. Mientras que cuando es localizado a partir de la autoexploración, ya en una etapa avanzada, el pronóstico de recuperación es inferior al 50% de los casos.
MÉXICO.-La idea de que la autoexploración mamaria es el mecanismo ideal para la identificación del cáncer de mama es un error, ya que puede contribuir a reducir las expectativas de vida en las mujeres diagnosticadas con esta enfermedad. Por ello, es fundamental promover en la población femenina la aplicación de una mastografía anual a partir de los 40 años de edad, afirmó el doctor Javier Sáenz Chapa, médico oncólogo.
Se ha demostrado que el método tradicional de autoexploración mamaria es poco efectivo para la identificación precoz del cáncer, puesto que cuando una mujer detecta alguna masa en la glándula mamaría ya han transcurrido entre 2 y 5 años en la aparición de una lesión maligna, lo cual afecta sensiblemente las posibilidades de recuperación de la salud. Incluso, se pone en riesgo la vida de la paciente.
Caracterizado por la presencia de un tumor maligno (células cancerosas) en los tejidos de la mama, el cáncer de seno en su etapa temprana no causa síntoma alguno, pero conforme el tumor crece puede provocar cambios en la glándula mamaria, tales como la presencia de una masa o engrosamiento en el seno, cambio en su tamaño o forma, pliegues u hoyuelos, pezón sumido, hipersensible o con secreción, así como modificaciones en la piel del seno, la areola o el pezón (hinchado, rojo o escamoso).
Datos del Instituto Nacional de Cancerología indican que diariamente fallecen 11 mexicanas por cáncer de mama; es decir, 15 mil por año. Incluso, de seguir con ese comportamiento, la tasa de morbi-mortalidad se duplicará para el año 2025.
En tanto, datos de la Secretaría de Salud informan que solamente entre el 5% y 10% de los diagnósticos de cáncer de mama se realizan en estadios tempranos, lo cual revela que un 90% de los casos se detecta cuando el cáncer se encuentra muy avanzado, incrementado el riesgo de morbi-mortalidad.
El cáncer de mama no aparece a causa de un golpe o por tocarse los senos, sino por factores de riesgo definidos como: ser mayor de 40 años, tener antecedentes familiares directos de cáncer, uso prolongado de anticonceptivos orales, menarca temprana (primera menstruación antes de los 12 años), utilizar terapias de reemplazo hormonal en la menopausia, ausencia de embarazos o haber concebido al primer hijo después de los 30 años de edad.
La falta de conciencia sobre los mecanismo de detección temprana de este mal, aunado al desconocimiento sobre los factores de riesgo, son resultado de que el cáncer de mamá ocupe el primer lugar como motivo de muerte en la población femenina, con una incidencia de 60 casos por cada 100 mil habitantes.
Todas las mujeres, después de los 40 años, deben practicarse anualmente una mastografía (radiografía que revela la estructura interna de las glándulas mamarias), la cual permite detectar lesiones cancerosas en etapas precoces de su desarrollo, lo cual significa hasta 5 años antes de poder ser identificado a través de la autoexploración.
La detección precoz de cáncer de mamá permite brindar un tratamiento oportuno en etapas de desarrollo insipiente de la enfermedad, los que incrementa la posibilidad de cura hasta en 90% de los casos. Mientras que cuando es localizado a partir de la autoexploración, ya en una etapa avanzada, el pronóstico de recuperación es inferior al 50% de los casos.
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