LAS TRABAJADORAS DE MÁS DE 44 AÑOS, PROPENSAS A MAYOR ESTRÉS LABORAL
René Dávila
MÉXICO.-El doctor Miguel Ángel Zamora Olvera, adscrito al Hospital Psiquiátrico y Unidad Familiar No. 10 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó que la población de trabajadores afiliados al Instituto es de 14 millones 424 mil 178, de los cuales, 6 millones 371 mil 562 son mujeres, que representan 44 por ciento de la fuerza laboral en más de 800 mil empresas registradas en 2007.
Las mujeres mayores de 44 años, sin pareja estable, son quienes presentan estrés laboral en mayor porcentaje, comparado con una trabajadora joven y soltera.
Las mujeres son más propensas a sufrir esta enfermedad que el sexo masculino, lo cual se refleja en la insatisfacción en el trabajo, baja productividad, ausentismo, sabotaje al trabajo, irritabilidad, enojo, pesadumbre y resentimiento, entre otros.
Estas situaciones se deben a los estereotipos que les imponen condiciones de demanda superiores a las que se encuentran en el hombre: condiciones salariales inferiores, competencia con el cónyuge por cuestiones de salario, crianza de los hijos, labores domésticas, embarazo, mayores exigencias laborales y menores oportunidades de crecimiento profesional.
La incorporación de la mujer a la vida económica del país creció en 12.5 por ciento en los últimos 30 años. No obstante, lo hace en desventaja con el hombre, porque a la par debe continuar con la responsabilidad doméstica, como educar a los hijos.
El esfuerzo diario de las mujeres en el hogar es extenuante y éste se incrementa si está dentro del terreno laboral, ya que las mujeres padecen estrés en mayor grado por la doble carga que tienen al ser madres casadas, solteras o divorciadas, y por las exigencias cada vez mayores de tiempo, exactitud y calidad de su trabajo.
Lo anterior, lleva a las mujeres trabajadoras a un mayor grado de presión en el trabajo, también conocido como Síndrome de Desgaste Profesional o de Burnout. La primera evidencia de estrés laboral es cansancio, depresión, trastorno del sueño y cambios del apetito. Todas estas situaciones pueden causar infartos o adicciones.
Los agentes estresantes aparecen el cualquier campo laboral, a cualquier nivel y circunstancia en que se somete a una persona a una dinámica a la que no puede acoplarse rápidamente, con la que no se siente competente o con la que se responsabilice demasiado.
El doctor Gerardo Hidalgo Luna, psiquiatra del Servicio de Higiene Mental del Hospital General La Raza, afirmó que el Síndrome de Desgaste Profesional es una respuesta del estrés laboral, con repercusión física y emocional, que ocurre en los trabajadores que están estrechamente en contacto con personas.
Entre éstas se encuentran doctoras, enfermeras, secretarias, telefonistas, administradoras, trabajadoras de salud mental, profesoras, elementos de las fuerzas armadas, supervisoras, directoras, terapeutas ocupacionales, psicólogas, bibliotecarias, policías, farmacéuticas, entre otras.
Explicó que diversos estudios confirman que aún cuando la actitud hacia el trabajo es mejor en mujeres casadas, las posibilidades de éxito son mayores en las solteras, y que el riesgo de divorcio o término de relación de pareja es mayor en aquellas en las cuales el prestigio ocupacional o los ingresos de la mujer, exceden a los de sus cónyuges.
René Dávila
MÉXICO.-El doctor Miguel Ángel Zamora Olvera, adscrito al Hospital Psiquiátrico y Unidad Familiar No. 10 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comentó que la población de trabajadores afiliados al Instituto es de 14 millones 424 mil 178, de los cuales, 6 millones 371 mil 562 son mujeres, que representan 44 por ciento de la fuerza laboral en más de 800 mil empresas registradas en 2007.
Las mujeres mayores de 44 años, sin pareja estable, son quienes presentan estrés laboral en mayor porcentaje, comparado con una trabajadora joven y soltera.
Las mujeres son más propensas a sufrir esta enfermedad que el sexo masculino, lo cual se refleja en la insatisfacción en el trabajo, baja productividad, ausentismo, sabotaje al trabajo, irritabilidad, enojo, pesadumbre y resentimiento, entre otros.
Estas situaciones se deben a los estereotipos que les imponen condiciones de demanda superiores a las que se encuentran en el hombre: condiciones salariales inferiores, competencia con el cónyuge por cuestiones de salario, crianza de los hijos, labores domésticas, embarazo, mayores exigencias laborales y menores oportunidades de crecimiento profesional.
La incorporación de la mujer a la vida económica del país creció en 12.5 por ciento en los últimos 30 años. No obstante, lo hace en desventaja con el hombre, porque a la par debe continuar con la responsabilidad doméstica, como educar a los hijos.
El esfuerzo diario de las mujeres en el hogar es extenuante y éste se incrementa si está dentro del terreno laboral, ya que las mujeres padecen estrés en mayor grado por la doble carga que tienen al ser madres casadas, solteras o divorciadas, y por las exigencias cada vez mayores de tiempo, exactitud y calidad de su trabajo.
Lo anterior, lleva a las mujeres trabajadoras a un mayor grado de presión en el trabajo, también conocido como Síndrome de Desgaste Profesional o de Burnout. La primera evidencia de estrés laboral es cansancio, depresión, trastorno del sueño y cambios del apetito. Todas estas situaciones pueden causar infartos o adicciones.
Los agentes estresantes aparecen el cualquier campo laboral, a cualquier nivel y circunstancia en que se somete a una persona a una dinámica a la que no puede acoplarse rápidamente, con la que no se siente competente o con la que se responsabilice demasiado.
El doctor Gerardo Hidalgo Luna, psiquiatra del Servicio de Higiene Mental del Hospital General La Raza, afirmó que el Síndrome de Desgaste Profesional es una respuesta del estrés laboral, con repercusión física y emocional, que ocurre en los trabajadores que están estrechamente en contacto con personas.
Entre éstas se encuentran doctoras, enfermeras, secretarias, telefonistas, administradoras, trabajadoras de salud mental, profesoras, elementos de las fuerzas armadas, supervisoras, directoras, terapeutas ocupacionales, psicólogas, bibliotecarias, policías, farmacéuticas, entre otras.
Explicó que diversos estudios confirman que aún cuando la actitud hacia el trabajo es mejor en mujeres casadas, las posibilidades de éxito son mayores en las solteras, y que el riesgo de divorcio o término de relación de pareja es mayor en aquellas en las cuales el prestigio ocupacional o los ingresos de la mujer, exceden a los de sus cónyuges.
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