DÍA DEL NIÑO: REGALO PRESENTE Y RUIDO SEGURO
René Dávila
MÉXICO.-Más que encontrar un regalo correcto para su edad, es elegir cuál es el juguete que no le cause daño; principalmente un daño auditivo. Hoy en día, los obsequios infantiles son aparatosos y entre más ruidosos son atractivos, pero también, más peligrosos.
El oído humano puede escuchar sonidos a 80 decibeles durante ocho horas antes de sufrir alguna lesión, a 95 decibeles durante cuatro horas, a 100 decibeles durante dos horas y a más de 110 durante unos minutos. El oído no es capaz de tolerar tal intensidad acústica, ya que la cóclea se ve afectada y por ello, la pérdida de audición causada por la exposición a sonidos fuertes es irreversible.
Las pistolas, muñecas parlantes, carritos con cornetas, ambulancias con sirenas, radios e instrumentos musicales, video juegos, teléfonos son juguetes ruidosos, peligrosos, que implica un mayor nivel de sonido de tolerancia en el oído humano; exactamente mayor de 90 decibeles. Lo cual causa lesiones en el oído de los niños.
Un juguete ruidoso que expone al oído entre 110 y 135 decibeles sonido, es una dosis molesta, dolorosa y puede provocar un daño permanente en la audición. Más allá de ese límite, el riesgo de lesión auditiva es una realidad.
La diferencia entre los adultos y los niños es el grado de tolerancia que se tiene al ruido, pues en los niños la tolerancia es mayor que en los adultos. Por tal razón, es común ver que los adultos pidan al menor apagar ese juguete ruidoso, ya que les produce irritación y molesta; efecto contrario que causa al infante. A los niños el ruido les origina alegría y excitación para seguir jugando.
La pérdida de audición inducida por ruido es acumulativa, ocurre de forma gradual a lo largo de los años. Comenzar a proteger la audición del niño a edad temprana, educarlos acerca de cómo conservar su capacidad auditiva, las diversas medidas de prevención y enseñarles hábitos de escucha saludables son tan importantes como concentrarse en el buen desarrollo del lenguaje y la capacidad intelectual.
René Dávila
MÉXICO.-Más que encontrar un regalo correcto para su edad, es elegir cuál es el juguete que no le cause daño; principalmente un daño auditivo. Hoy en día, los obsequios infantiles son aparatosos y entre más ruidosos son atractivos, pero también, más peligrosos.
El oído humano puede escuchar sonidos a 80 decibeles durante ocho horas antes de sufrir alguna lesión, a 95 decibeles durante cuatro horas, a 100 decibeles durante dos horas y a más de 110 durante unos minutos. El oído no es capaz de tolerar tal intensidad acústica, ya que la cóclea se ve afectada y por ello, la pérdida de audición causada por la exposición a sonidos fuertes es irreversible.
Las pistolas, muñecas parlantes, carritos con cornetas, ambulancias con sirenas, radios e instrumentos musicales, video juegos, teléfonos son juguetes ruidosos, peligrosos, que implica un mayor nivel de sonido de tolerancia en el oído humano; exactamente mayor de 90 decibeles. Lo cual causa lesiones en el oído de los niños.
Un juguete ruidoso que expone al oído entre 110 y 135 decibeles sonido, es una dosis molesta, dolorosa y puede provocar un daño permanente en la audición. Más allá de ese límite, el riesgo de lesión auditiva es una realidad.
La diferencia entre los adultos y los niños es el grado de tolerancia que se tiene al ruido, pues en los niños la tolerancia es mayor que en los adultos. Por tal razón, es común ver que los adultos pidan al menor apagar ese juguete ruidoso, ya que les produce irritación y molesta; efecto contrario que causa al infante. A los niños el ruido les origina alegría y excitación para seguir jugando.
La pérdida de audición inducida por ruido es acumulativa, ocurre de forma gradual a lo largo de los años. Comenzar a proteger la audición del niño a edad temprana, educarlos acerca de cómo conservar su capacidad auditiva, las diversas medidas de prevención y enseñarles hábitos de escucha saludables son tan importantes como concentrarse en el buen desarrollo del lenguaje y la capacidad intelectual.
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