(GASTROENTEROLOGIA) Enfermedades hepáticas requieren urgente atención

LAS ENFERMEDADES HEPÁTICAS REQUIEREN DE ATENCIÓN
René Dávila
MEXICO.-Debido a que el hígado no tiene ningún nervio, los padecimientos asociados a éste no se identifican a través de dolores, como sucede con otras enfermedades, esa es la razón por la que las diferentes enfermedades hepáticas se descubren de manera tardía y en ocasiones, cuando son incurables.
De acuerdo con el doctor Juan Miguel Abdo, presidente de la mesa directiva de la Semana Nacional de Gastroenterología, este año se celebró en León, Guanajuato, del 19 al 22, el curso “De las ciencias básicas a la clínica”, con el objeto de decirle a los médicos cómo se aplica lo que se aprende en el laboratorio, en las aulas, en el momento de llevarlo a la práctica clínica, antes del 17 al 18 del presente mes se realizaron los cursos de precongreso de gastroenterología y pediatría.
Además, se abordaron los temas que tienen que ver con el aparato digestivo mediante conferencias, simposios, mesas redondas, talleres, todo en relación a problemas de hígado, a problemas de endoscopia, cirugía y trastornos de la motilidad del aparato digestivo.
Entre las enfermedades hepáticas más comunes se encuentran:
Hígado graso
Se trata de una infiltración de grasa al hígado y una de sus causas principales es el exceso de consumo de bebidas alcohólicas. Los niveles de glucosa elevados en sangre, tanto por diabetes o por sobrealimentación pueden provocar también el hígado graso.
Hepatitis aguda o crónica (inflamación del hígado)
Estas enfermedades son causadas por diferentes virus, los cuales se transmiten de diversas formas, como alimentos y agua contaminada, transmisión de sangre u otros líquidos corporales, dependiendo del virus que se trate.
Actualmente hay virus A, B, C, D y E, y cada uno es diferente y se puede detectar mediante exámenes médicos y de laboratorio. Los tipos de hepatitis B, C y D pueden provocar hepatitis crónica y dar paso a la cirrosis hepática.
Cirrosis Hepática
Es consecuencia de la hepatitis crónica y consiste en la debilitación o muerte de los hepatocitos (los cuales son responsables de la detoxificación y de impedir que las sustancias tóxicas lleguen al cerebro) .
Actualmente, el diagnóstico de cirrosis hepática ya no significa una condena a muerte, pues ya es posible regenerar los hepatocitos y producir nuevas células que apoyen las funciones hepáticas.
La cirrosis hepática no tratada a tiempo, puede llevar a una de las enfermedades más riesgosas del hígado: la encefalopatía hepática.
Encefalopatía hepática
Cuando la función de los hepatocitos se altera, éstos permiten el paso de sustancias tóxicas al cerebro, lo que puede provocar estado de coma. La encefalopatía no se manifiesta de forma repentina; comienza con pequeñas pérdidas de la capacidad mental como destrezas laborales y capacidad para conducir, cambios en el sueño, cansancio, olvido, falta de concentración y agresividad, e incluso puede provocar un tipo especial de temblor en las manos llamado asterixis.
La encefalopatía hepática se debe tratar en sus inicios, pues si se atiende así, los hepatocitos pueden recuperar su función y detener el daño cerebral. Si no se atiende a tiempo, con el tratamiento adecuado, la intoxicación al cerebro persiste al grado tal de provocar el estado de coma e incluso la muerte.
Anteriormente, el tratamiento estándar para la encefalopatía hepática consistía en fármacos que reducían la producción de amoniaco en el tracto intestinal, sin embargo, el problema estaba latente, por lo que más tarde los investigadores se enfocaron a la búsqueda de sustancias que no sólo disminuyeran esta producción sino que la eliminaran, como es el caso de L-ornitina L-aspartato, que apoya el funcionamiento de las células hepáticas, por lo que el hígado puede desechar el amonio que se concentra en la sangre del enfermo y que le desacopla el funcionamiento de las neuronas.
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