LAS UVAS DEBEN CONSUMIRSE TODO EL AÑO, PREVIENEN HIPERTENSIÓN E INFARTOS
René Dávila
MÉXICO.- A la tradición de consumir de forma acelerada 12 uvas los últimos segundos del año “viejo”, es conveniente comer ensaladas con verduras frescas (las cuales son altas en fibra) para ayudar al estómago a digerirlas, y acompañar la cena con pan integral en lugar de pan blanco, pero, el consumo de uvas no sólo debe ser en esta fecha sino todo el año, para prevenir padecimientos como hipertensión y diabetes, que en la actualidad son los problemas de salud más graves entre los mexicanos.
Las uvas, son un alimento que contiene vitaminas A, D, y E así como minerales que proporcionan importantes beneficios al organismo como el fortalecimiento de los tejidos de la piel. Por ello, es conveniente consumir 400 gramos, al día, en forma espaciada, entre desayuno, comida y cena.
Además de su delicioso sabor, agradable color y aroma, las uvas, son ricas en vitaminas A, B y C. La composición de la uva varía según se trate de las blancas o negras, pero en ambas destacan dos tipos de nutrientes, principalmente glucosa y fructosa, más abundantes en las uvas blancas y las vitaminas, ácido fólico y vitamina B6. Sin embargo, su riqueza en azúcares, les convierte en una de las frutas más calóricas.
La nutrióloga Rosa María Andrade García, encargada de la Unidad Metabólica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que la piel de la uva sobre todo la negra contiene una sustancia química denominada “flavonides”, que ayuda a impedir la formación de placas de colesterol dentro de las arterias con lo que se previene infartos al corazón.
Indicó que se deben ingerir entre 4 y 5 porciones de uvas de aproximadamente 100 gramos cada una durante una jornada, es decir, no comer el total del consumo sugerido en un sólo momento, porque ello representa una importante concentración de azúcares además de que no se permite una adecuada distribución de las propiedades de la fruta.
Es necesario que al degustar cualquier alimento éste sea masticado, antes de ingerirlo, alrededor de treinta veces para generar una correcta digestión. Para complementar la digestión de las uvas, se deben beber dos o tres vasos con agua que ayudarán a diluir las azúcares concentradas en la fruta. Además, no hay que olvidar que en general, la cena de fin de año contiene una elevada cantidad de calorías.
Estas recomendaciones son aún más importantes para las personas que padecen diabetes ya que contribuyen a evitar alteraciones en sus niveles de glucosa. Entre los minerales, el potasio es el más abundante y se encuentra en mayor cantidad en la uva negra; mientras que el magnesio y el calcio están en cantidades moderadas y son más abundantes en la uva blanca.
Las diferencias nutritivas y energéticas entre las uvas frescas y las pasas son notables, pues estas últimas constituyen un alimento muy energético, y su aporte calórico es aproximadamente cuatro veces superior al de la uva fresca. Este fruto drena las vías biliares, permite un verdadero lavado o purificación de las sustancias tóxicas al exterior, mediante la bilis.
Otra sustancia que contiene la uva es el resveratrol que se ha mostrado eficaz para prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Un grupo de investigadores ha demostrado que el resveratrol, que abunda en la piel de la uva negra, es capaz de estimular las sirtuinas, unas enzimas celulares que retrasan el envejecimiento y que podrían prevenir enfermedades geriátricas como el Alzheimer.
La uva verde es útil para combatir la artritis, enfermedades de la piel, estómago, dispepsia, estreñimiento, hemorroides, afecciones crónicas del hígado, cólicos biliares, cálculos hepáticos, hipertrofia del bazo, ciertas diarreas crónicas, inflamaciones de la vejiga, arenillas, gota, escorbuto, bronquitis crónica y tisis.
La uva verde es buena también como astringente, tónico y para la disentería, como depurador de la sangre, riñones e hígado, para mejorar la apariencia de piel y cabello. Las cáscaras de frutas como la manzana, la papaya, el limón y las uvas, contienen ceras naturales que protegen el cabello contra agresión del ambiente.
René Dávila
MÉXICO.- A la tradición de consumir de forma acelerada 12 uvas los últimos segundos del año “viejo”, es conveniente comer ensaladas con verduras frescas (las cuales son altas en fibra) para ayudar al estómago a digerirlas, y acompañar la cena con pan integral en lugar de pan blanco, pero, el consumo de uvas no sólo debe ser en esta fecha sino todo el año, para prevenir padecimientos como hipertensión y diabetes, que en la actualidad son los problemas de salud más graves entre los mexicanos.
Las uvas, son un alimento que contiene vitaminas A, D, y E así como minerales que proporcionan importantes beneficios al organismo como el fortalecimiento de los tejidos de la piel. Por ello, es conveniente consumir 400 gramos, al día, en forma espaciada, entre desayuno, comida y cena.
Además de su delicioso sabor, agradable color y aroma, las uvas, son ricas en vitaminas A, B y C. La composición de la uva varía según se trate de las blancas o negras, pero en ambas destacan dos tipos de nutrientes, principalmente glucosa y fructosa, más abundantes en las uvas blancas y las vitaminas, ácido fólico y vitamina B6. Sin embargo, su riqueza en azúcares, les convierte en una de las frutas más calóricas.
La nutrióloga Rosa María Andrade García, encargada de la Unidad Metabólica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que la piel de la uva sobre todo la negra contiene una sustancia química denominada “flavonides”, que ayuda a impedir la formación de placas de colesterol dentro de las arterias con lo que se previene infartos al corazón.
Indicó que se deben ingerir entre 4 y 5 porciones de uvas de aproximadamente 100 gramos cada una durante una jornada, es decir, no comer el total del consumo sugerido en un sólo momento, porque ello representa una importante concentración de azúcares además de que no se permite una adecuada distribución de las propiedades de la fruta.
Es necesario que al degustar cualquier alimento éste sea masticado, antes de ingerirlo, alrededor de treinta veces para generar una correcta digestión. Para complementar la digestión de las uvas, se deben beber dos o tres vasos con agua que ayudarán a diluir las azúcares concentradas en la fruta. Además, no hay que olvidar que en general, la cena de fin de año contiene una elevada cantidad de calorías.
Estas recomendaciones son aún más importantes para las personas que padecen diabetes ya que contribuyen a evitar alteraciones en sus niveles de glucosa. Entre los minerales, el potasio es el más abundante y se encuentra en mayor cantidad en la uva negra; mientras que el magnesio y el calcio están en cantidades moderadas y son más abundantes en la uva blanca.
Las diferencias nutritivas y energéticas entre las uvas frescas y las pasas son notables, pues estas últimas constituyen un alimento muy energético, y su aporte calórico es aproximadamente cuatro veces superior al de la uva fresca. Este fruto drena las vías biliares, permite un verdadero lavado o purificación de las sustancias tóxicas al exterior, mediante la bilis.
Otra sustancia que contiene la uva es el resveratrol que se ha mostrado eficaz para prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Un grupo de investigadores ha demostrado que el resveratrol, que abunda en la piel de la uva negra, es capaz de estimular las sirtuinas, unas enzimas celulares que retrasan el envejecimiento y que podrían prevenir enfermedades geriátricas como el Alzheimer.
La uva verde es útil para combatir la artritis, enfermedades de la piel, estómago, dispepsia, estreñimiento, hemorroides, afecciones crónicas del hígado, cólicos biliares, cálculos hepáticos, hipertrofia del bazo, ciertas diarreas crónicas, inflamaciones de la vejiga, arenillas, gota, escorbuto, bronquitis crónica y tisis.
La uva verde es buena también como astringente, tónico y para la disentería, como depurador de la sangre, riñones e hígado, para mejorar la apariencia de piel y cabello. Las cáscaras de frutas como la manzana, la papaya, el limón y las uvas, contienen ceras naturales que protegen el cabello contra agresión del ambiente.
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