EVITAR COMPRAS NAVIDEÑAS EXCESIVAS Y GUARDAR AGUINALDO
René Dávila
MÉXICO.-Al afirmar que el próximo año será difícil en términos económicos, en virtud de que la aprobación de la reforma fiscal generará algunos aumentos, como el de la gasolina, que podría desencadenar una espiral inflacionaria, el Director del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mario Sánchez Silva, exhortó a la sociedad a actuar con cautela durante la temporada navideña y evitar compras excesivas, guardar lo más posible las tarjetas de crédito y hacer todos los esfuerzos para ahorrar por lo menos el 10 por ciento de sus ingresos para imprevistos.
Respecto a su pronóstico económico, dijo que la actividad económica y financiera de México, al terminar este año y durante 2008, seguirá relativamente estable y que el crecimiento de la economía no será mayor de tres por ciento y el tipo de cambio del peso-dólar se mantendrá alrededor de 11.50.
En este año y en el próximo la inflación será mayor de un 3 por ciento, el precio internacional del petróleo podría superar la barrera de los 100 dólares en 2008, lo que sin duda representaría un fuerte incremento en los ingresos del sector público, pero que a su vez se volvería en una fuerte tentación para elevar el gasto público y abandonar la disciplina de las finanzas públicas que hasta ahora se ha tenido.
Así, Sánchez Silva destacó la importancia de impulsar la cultura del ahorro, pues aunque se tenga un modesto ingreso, siempre es posible ahorrar, ya que si la población guardara por lo menos el 10 por ciento de su salario, estaría siempre en superávit de manera que tendría un soporte económico para enfrentar emergencias.
Además, si puede comprar y almacenar aunque sea pequeños inventarios y evitar -en la medida de lo posible-, caer en el consumismo de la temporada y no efectuar compras innecesarias, que responden solamente a esas extensas y constantes campañas publicitarias.
Para “cuidar el aguinaldo”, éste se debe focalizar a tres destinos básicos:
En primer lugar, el pago de deudas, dado que las tasas de interés se presumen a la alza con el consecuente costo financiero e impacto en el bolsillo del deudor.
Segundo lugar, se debe de gastar en los bienes y servicios que se requieren obligadamente para mejorar la calidad de los hogares y, en la medida de lo posible, acumular inventarios en artículos no perecederos.
En tercer lugar, utilizar los recursos para comprar regalos navideños que sean significativos, es decir, obsequios útiles para la familia y evitar presentes que para quien los recibe sólo los disfruta un par de días. “En este sentido, el gasto en regalos navideños no debe exceder más allá del 20 por ciento del aguinaldo.
Otra sugerencia es destinar el aguinaldo al ahorro y en particular hacia los fondos de renta variable, que están ligados directamente a los rendimientos que obtienen en la Bolsa de Valores -que por mucho-, se espera continúe siendo la inversión financiera más atractiva.
El titular del CIECAS indicó que al recibir más dinero en este periodo de fin año, todas las personas se emocionan más de la cuenta, pero de acuerdo con la teoría de las finanzas personales se debe ser cuidadoso acerca de cómo utilizar esa masa de dinero. De lo contrario los primeros meses del año se tendrán carencias o se recurrirá a créditos que contribuirán a caer en un círculo vicioso de endeudamiento.
En época navideña generalmente los comerciantes aumentan los precios de sus artículos, creando así una inflación artificial, principalmente porque se incrementa la demanda de artículos de temporada (regalos, ropa, zapatos y una infinidad de productos), muchos de los cuales se convierten en gastos superfluos.
Sobre el uso inadecuado de las tarjetas de crédito, el economista politécnico señaló que en ocasiones para no desembolsar el efectivo, la población recurre a esta forma de pago, pero no analiza que le cobran varias transacciones que forman parte del servicio bancario.
La tarjeta en sí puede ser un buen instrumento de compra, lo malo es el mal uso que se haga de ella; el objetivo es no estar trabajando sólo para cubrir los intereses, ya que entonces el capital crece en forma exponencial y si no se puede solventar el gasto, se llega a una situación legal con el buró de crédito, que incluso puede terminar en embargos de bienes personales, alertó.
René Dávila
MÉXICO.-Al afirmar que el próximo año será difícil en términos económicos, en virtud de que la aprobación de la reforma fiscal generará algunos aumentos, como el de la gasolina, que podría desencadenar una espiral inflacionaria, el Director del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mario Sánchez Silva, exhortó a la sociedad a actuar con cautela durante la temporada navideña y evitar compras excesivas, guardar lo más posible las tarjetas de crédito y hacer todos los esfuerzos para ahorrar por lo menos el 10 por ciento de sus ingresos para imprevistos.
Respecto a su pronóstico económico, dijo que la actividad económica y financiera de México, al terminar este año y durante 2008, seguirá relativamente estable y que el crecimiento de la economía no será mayor de tres por ciento y el tipo de cambio del peso-dólar se mantendrá alrededor de 11.50.
En este año y en el próximo la inflación será mayor de un 3 por ciento, el precio internacional del petróleo podría superar la barrera de los 100 dólares en 2008, lo que sin duda representaría un fuerte incremento en los ingresos del sector público, pero que a su vez se volvería en una fuerte tentación para elevar el gasto público y abandonar la disciplina de las finanzas públicas que hasta ahora se ha tenido.
Así, Sánchez Silva destacó la importancia de impulsar la cultura del ahorro, pues aunque se tenga un modesto ingreso, siempre es posible ahorrar, ya que si la población guardara por lo menos el 10 por ciento de su salario, estaría siempre en superávit de manera que tendría un soporte económico para enfrentar emergencias.
Además, si puede comprar y almacenar aunque sea pequeños inventarios y evitar -en la medida de lo posible-, caer en el consumismo de la temporada y no efectuar compras innecesarias, que responden solamente a esas extensas y constantes campañas publicitarias.
Para “cuidar el aguinaldo”, éste se debe focalizar a tres destinos básicos:
En primer lugar, el pago de deudas, dado que las tasas de interés se presumen a la alza con el consecuente costo financiero e impacto en el bolsillo del deudor.
Segundo lugar, se debe de gastar en los bienes y servicios que se requieren obligadamente para mejorar la calidad de los hogares y, en la medida de lo posible, acumular inventarios en artículos no perecederos.
En tercer lugar, utilizar los recursos para comprar regalos navideños que sean significativos, es decir, obsequios útiles para la familia y evitar presentes que para quien los recibe sólo los disfruta un par de días. “En este sentido, el gasto en regalos navideños no debe exceder más allá del 20 por ciento del aguinaldo.
Otra sugerencia es destinar el aguinaldo al ahorro y en particular hacia los fondos de renta variable, que están ligados directamente a los rendimientos que obtienen en la Bolsa de Valores -que por mucho-, se espera continúe siendo la inversión financiera más atractiva.
El titular del CIECAS indicó que al recibir más dinero en este periodo de fin año, todas las personas se emocionan más de la cuenta, pero de acuerdo con la teoría de las finanzas personales se debe ser cuidadoso acerca de cómo utilizar esa masa de dinero. De lo contrario los primeros meses del año se tendrán carencias o se recurrirá a créditos que contribuirán a caer en un círculo vicioso de endeudamiento.
En época navideña generalmente los comerciantes aumentan los precios de sus artículos, creando así una inflación artificial, principalmente porque se incrementa la demanda de artículos de temporada (regalos, ropa, zapatos y una infinidad de productos), muchos de los cuales se convierten en gastos superfluos.
Sobre el uso inadecuado de las tarjetas de crédito, el economista politécnico señaló que en ocasiones para no desembolsar el efectivo, la población recurre a esta forma de pago, pero no analiza que le cobran varias transacciones que forman parte del servicio bancario.
La tarjeta en sí puede ser un buen instrumento de compra, lo malo es el mal uso que se haga de ella; el objetivo es no estar trabajando sólo para cubrir los intereses, ya que entonces el capital crece en forma exponencial y si no se puede solventar el gasto, se llega a una situación legal con el buró de crédito, que incluso puede terminar en embargos de bienes personales, alertó.
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