PRODUCTOS QUIMICOS PROVOCAN CIRROSIS
René Dávila
MEXICO.- Aunque el alcohol es una de las causas principales de la cirrosis, también existen diferentes agentes dañinos para el hígado. Este órgano debe procesar muchos compuestos químicos y aunque se necesitan más investigaciones para determinar su efecto, se ha demostrado que debido a que el hígado debe destoxificar lo que el ser humano respira, sustancias en aerosol como productos de limpieza, pinturas e insecticidas, provocan un daño que puede ser severo.Además, casi todos los trabajadores están expuestos a algún riesgo laboral por la utilización de productos químicos que en casi todas las ramas de la industria se utiliza, desde la minería hasta el trabajo en oficinas, pasando por la soldadura, la mecánica y las fábricas.
Los productos químicos pueden afectar el hígado a través de la inhalación, ingestion o absorción por la piel, por ello, es importante, al usar productos químicos tomar precauciones como: asegurar una buena ventilación, seguir las instrucciones del producto, nunca mezclar sustancias químicas, evitar el contacto con la piel y si esto ocurre, lavarse prontamente, evitar inhalar sustancias químicas y usar ropa de protección o incluso máscara.
En el mundo hay de 5 a 7 millones de distintos productos químicos y anualmente se producen al menos 400 millones de toneladas de químicos. En muchos países, no se ha regulado de manera adecuada sobre lo que se debe hacer con ellos y en muchos casos son tirados a la naturaleza, con graves consecuencias para los humanos y el medio ambiente.
Cuando el hígado sufre un daño y no es atendido a tiempo, aparecen complicaciones que pueden ser más graves, como la encefalopatía hepatica, un trastorno poco conocido que puede evolucionar al estado de coma.
La encefalopatía hepática daña al cerebro debido al amonio elevado en la sangre originado por la insuficiencia en la función del hígado. L-ortinina L-aspartato es una combinación de sustancias que facilita la labor del hígado para disminuir las cantidades de amonio en el cerebro, permitiendo al apaciente mejorar su función hepatica y su pronóstico ante la enfermedad.
Algunas de estas sustancuas tóxicas son el tetracloruro de carbono, mercurio, cadmio, monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno, las cuales afectan al hígado provocando la muerte de células.
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