
René Dávila
MÉXICO.-Cuando el cáncer de mama recurre, resulta en una carga emocional y física tanto en los pacientes como en los médicos. Estudios recientes publicados en Current Medical Research and Opinion revelan que más de tres cuartas partes de los doctores (el 78%) encuentran muy difícil decirles a las mujeres que el cáncer de mama ha vuelto, incluso lo consideran peor que el diagnóstico inicial. El cáncer de mama es más probable que vuelva en los primeros 18 meses después del diagnóstico, de allí la importancia de prescribir el tratamiento más efectivo lo más pronto posible, para así minimizar el riesgo de recurrencia; esto es la clave para salvar vidas. Para que los doctores estén seguros de que están tomando la decisión adecuada respecto al tratamiento para los pacientes, el estudio demuestra que casi todos (el 91%) confían en los datos clínicos. Un buen ejemplo en el cambio de las estrategias de tratamiento es en respuesta a los buenos datos clínicos de anastrozol DE Astra Zeneca, que en mujeres postmenopáusicas se ha convertido en el tratamiento actual para prevenir la recurrencia del cáncer de mama.Los datos clínicos más robustos de este medicamento se encuentran en el estudio ATAC 100, que fue el primer estudio en comparar tamoxifeno con un inhibidor de la aromatasa (anastrazol), como una terapia hormonal alternativa, mostrando ésta última eficacia superior al reducir hasta un 24% el riesgo de recurrencia, incluso cuatro años después de finalizado el tratamiento .Por lo mismo, los médicos prefieren recomendar anastrazol debido a la superioridad sobre tamoxifeno al reducir el riesgo de que el cáncer de mama regrese y en incrementar la supervivencia libre de enfermedad en las mujeres postmenopáusicas con enfermedad temprana con hormonas receptoras positivas, resaltando la importancia de la evidencia y de la experiencia personal, la cual nos lleva a la confianza en la elección del tratamiento.
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